La amenaza de las licencias obligatorias en Chile: ¿cambio de curso para el líder innovador de América Latina?

03/12/2019

Hace más de un año Chile decidió construir uno de los principales ecosistemas nacionales de salud e innovación de América Latina. Sin embargo, los recientes esfuerzos para socavar la innovación podrían ponerlo en peligro. A menos que el gobierno tome medidas para defender los derechos de propiedad intelectual, los pacientes chilenos y la economía nacional pueden sufrir terribles consecuencias.

Legisladores chilenos están presionando al ejecutivo para que rompa las protecciones de propiedad intelectual de medicamentos patentados a través de licencias obligatorias. Desde 2017, los miembros del Congreso han solicitado una licencia obligatoria para un tratamiento de Hepatitis C bajo argumentos de emergencia nacional, pero los hechos muestran una situación diferente. La tasa de incidencia de Hepatitis C en Chile en 2017 fue de 0.9 por ciento, muy por debajo de las tasas observadas en países desarrollados como Estados Unidos, que tiene incidencia del 1.8 por ciento. De hecho, el Ministerio de Salud de Chile considera que la Hepatitis C es de “baja incidencia” y cubre los tratamientos antivirales para sus pacientes en el marco del programa de Garantías Explícitas de Salud (GES).

 

La licencia obligatoria no es la única política alarmante que se discute actualmente en el congreso chileno. El Comité de Salud de la Cámara de Diputados introdujo recientemente una serie de enmiendas al proyecto de Ley Fármacos II que podría cambiar drásticamente la regulación farmacéutica en Chile. Junto con una expansión del uso poco ortodoxo de licencias obligatorias, el proyecto de ley introduce regulaciones sobre el uso de marcas. Asimismo, altera las prácticas de prescripción de medicamentos y las actividades de educación médica. En lugar de ampliar el acceso a la atención de salud, estos proyectos de ley reducen las opciones disponibles tanto para los pacientes como para los proveedores. Como si fuera poco, también desalentaría la inversión en investigación clínica para futuros tratamientos y curas en Chile.

En lugar de implementar soluciones cuestionables que no se ajusten a los problemas actuales de Chile, el país debería asegurar el éxito de su sistema de salud. El sistema nacional de salud en Chile ha demostrado que atraer innovación y facilitar acceso a los mejores tratamientos disponibles es la mejor manera de combatir enfermedades virales, como la Hepatitis C. Queda mucho por hacer. Promover mayor inversión en medicamentos innovadores debería ser prioritario, dado que actualmente representan menos del 10 por ciento del gasto total en salud. Sin embargo, el sistema de salud en Chile esta bien equipado para ofrecer soluciones adecuadas a sus pacientes.

Chile es líder en América Latina en innovación médica. En 2017 Chile fue reconocido por tener la infraestructura de innovación más competitiva de la región, las condiciones adecuadas para los ensayos clínicos y un marco regulatorio transparente. Además, Chile es un centro regional para la investigación y el desarrollo de productos biofarmacéuticos, con mas de 600 estudios clínicos actualmente bajo curso. Históricamente, como porcentaje de la población, en Chile se han realizado más estudios clínicos que en cualquier otro país de América Latina. En lugar de proteger estos logros, que tienen un beneficio directo sobre los pacientes todos los días al darles acceso a los avaneces médicos lideres a nivel mundial, los legisladores que intentan empezar un proceso de licencia obligatoria están afectando al sector nacional de salud y la percepción que inversionistas internacionales tienen de este. En última instancia, los legisladores están socavando los servicios de salud para todos los chilenos.

Una licencia obligatoria para los tratamientos de Hepatitis C debilitará el sistema de salud al interrumpir el delicado equilibrio que existe entre atender de manera eficiente las necesidades de los pacientes y albergar un ecosistema de innovación atractivo para desarrollar innovaciones y tratamientos que salvarán incontables vidas en el futuro.

Los recientes intentos de eliminar derechos de propiedad intelectual van en contra del libre mercado y de los principios en pro de la innovación que han brindado avances médicos a los pacientes de Chile y a la vez han fortalecido la economía nacional. El gobierno del presidente Piñera debe ser prudente y poner los intereses de los chilenos primero y desestimar los intentos de revertir un ambiente de innovación exitoso en el cuidado de la salud, que proporciona tratamientos de calidad para los pacientes. De lo contrario, Chile corre el riesgo de reducir las opciones disponibles para sus pacientes y privarlos de acceso a los avances médicos lideres a nivel mundial.